Una película clave para modelar el subgénero de terror basado en la idea de "Apocalipsis de Infectados o Zombies".
Basado en la novela "Soy Leyenda" de Richard Mathesson.
Vincent Price encarna al Doctor Morgan, único superviviente, que todavía busca la cura que ha convertido a la humanidad en mutantes cazadores nocturnos, recorriendo las solitarias calles abandonadas, en las que se amontonan los despojos humanos que no habían sido incinerados durante el apocalipsis, atormentado por los recuerdos y la pérdida de su familia.
Los zombies, mutantes, infectados... un terror enigmático que se ha ido poniendo de moda desde mediados del siglo XX hasta hoy.
Los vampiros representan lo oculto, lo incomprensible, lo nocturno, el miedo a lo desconocido, a la vez seductor y sofisticado. El hombre del saco, el sacamantecas, asesinos en serie, gente inteligente que planifica su red para seducirte y que caigas en ella y poseerte a su antojo. Les gusta el vino.
Los hombres lobo son asesinos salvajes y violentos, desprovistos de facultades mentales. Cuando no hay luna llena son seres atormentados por su maldición, que despiertan compasión. Esta compasión se convierte en terror cuando no somos capaces de contener a la bestia dentro del ser humano. Les gusta la carne roja.
Los zombies, los mutantes, los infectados,..., es el argumento de terror que vuelve a surgir en este primer cuarto del siglo XXI. Son muchos, no piensan, no es posible razonar con ellos, se multiplican rápidamente, están por todas partes, es imposible huir, y las consecuencias son terribles: serás devorado vivo y te convertirás en uno de ellos. Les gusta la casquería: tripas, sesos y demás.
Indudablemente, representan nuestro miedo a ser absorbidos por una sociedad gris, alienada, sin objetivos, sin individualidad, y disolvernos en ella dentro de la mediocridad y el vacío intelectual.
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Remakes: "Omega Man", de 1972 con Charlton Heston,
"Soy Leyenda" de 2007, con Will Smith
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